Consejos para tu primer trabajo

Enhorabuena, acabas de conseguir tu primer gran trabajo. Quizá estés terminando de estudiar administración de empresas y estés por entrar a un corporativo grande. Tal vez seas un becario no remunerado en un teatro de repertorio. O tal vez te estés asentando en ese codiciado puesto de postgrado de nivel inicial. Sea cual sea el trabajo (y tanto si te ves haciendo el mismo trabajo hasta que te jubiles como si sólo estás tanteando el terreno para ver si es una buena opción), tienes una oportunidad extraordinaria en tus manos:

Puedes salir de cualquier trabajo con una experiencia inestimable. Aunque hay muchas diferencias entre los puestos de estudiante (como las prácticas y la educación cooperativa) y el empleo en toda regla, hay ciertos consejos que te ayudarán a destacar (en el buen sentido):

Ve más allá

Está claro que les has impresionado con tu entrevista: has conseguido el trabajo. Pero tus primeras semanas están llenas de primeras impresiones.

Haz que cada una de ellas cuente poniendo lo mejor de ti desde el principio. Quieres que te conozcan como “¡Vaya, el novato!” en lugar de “Oh, el novato”. Llega temprano (o, al menos, puntual), escucha activamente y da lo mejor de ti. Utiliza todas las habilidades que te enseñó la universidad para impresionar a la gente y establecerte como parte del equipo.

Lo que dice a tu empleador: Que eres el tipo de empleado que la empresa tiene suerte de tener y que debería conservar.

Haz preguntas

Es totalmente normal sentirse cohibido cuando no se sabe la respuesta a algo, ya sea cómo utilizar un nuevo software o simplemente hacer copias a dos caras. Pero siempre es mejor confirmar los detalles y asegurarse de que se sabe lo que se está haciendo, en lugar de lanzarte a hacer algo, sólo para cometer un error.

Pero asegúrate de que son las preguntas adecuadas

Seguro que tienes un montón de preguntas como nuevo en la empresa y, como ya hemos dicho, está bien (incluso es preferible) que las hagas. Sin embargo, tómate un momento para pensar si tu pregunta podría responderse fácilmente por ti mismo, quizás consultando el manual del empleado o en Internet. Si es así, intente resolverla tu mismo. Aunque tu búsqueda te deje con las manos vacías, la persona a la que finalmente preguntes agradecerá el esfuerzo. Además, ten en cuenta que no debes hacer demasiadas preguntas, ni preguntar por preguntar.

Toma notas

No te presentes a las reuniones con las manos vacías. Lleva un cuaderno y un bolígrafo, o un ordenador portátil, es la norma para demostrar que estás totalmente preparado y que te tomas el trabajo en serio. ¿En el peor de los casos? No lo necesitas. Pero luego te arrepentirás de haber perdido la oportunidad de anotar algo importante.

Organízate

En el mundo laboral, es posible que tengas que hacer malabarismos con un montón de tareas diferentes, y seguro que tienes un montón de información nueva de la que ocuparte durante tus primeros meses. Pero mantenerse organizado puede marcar la diferencia. Por ejemplo, el mero hecho de actualizar tu calendario puede evitar momentos incómodos, como ir deprisa y corriendo a una reunión que te ha pillado desprevenido. Establece un sistema de organización que te funcione (tal vez utilizando las mismas habilidades de gestión del tiempo que desarrollaste para tus clases) y cíñete a él.